La amistad de Erasmo y Tomás Moro.

Erasmo de Rotterdam y Tomás Moro son dos de las personalidades más importantes del humanismo cristiano. Erasmo, conoció a Tomás Moro en su viaje a Inglaterra en 1499, desde ese momento se forja una estrecha amistad entre ambos que se encuentra muy bien documentada en su correspondencia. Erasmo, nació en 1446 en la ciudad de Róterdam, y fue un filósofo, filólogo y teólogo cristiano Dado que este blog se ha centrado en la figura de Tomás Moro, os dejo una infografía (realizada con la aplicación de Canva) a modo de introducción y  resumen de la vida de Erasmo.




¿Pero cómo conocemos la amistad entre estas dos personas?

La correspondencia, tiene una gran importancia y es una fuente histórica de primer orden. Gracias a la documentación que se conserva podemos obtener datos sobre el círculo social de nuestro personaje, sus pensamientos y percepciones sobre diferentes acontecimientos de su vida, así como sobre su carácter y personalidad. En este caso la correspondencia nos sirve para atestiguar la estrecha amistad que mantuvieron Tomás Moro y Erasmo de Rotterdam. No sólo podemos utilizar la correspondencia directa entre estos dos personajes, sino que también podemos usar aquellas cartas en las que se menciona a uno u otro.

                                    Imagen obtenida de: https://elartedelaesquina.blogspot.com/

A continuación pasaremos a ejemplificar algunos momentos de su vida con ejemplos sacados de la correspondencia de ambas personas.  

“Ponía todo su empeño en adquirir la virtud de la piedad, con vigilias, ayunos y oración y otros ejercicios similares, considerando el sacerdocio. En esto se mostró más sensato que esos que se tiran de cabeza a una profesión tan exigente sin haberse probado a sí mismos. Tampoco hubo nada que le impidiera dedicarse a este tipo de vida, excepto el hecho de que no podía deshacerse de su deseo de casarse. Y en consecuencia, prefirió ser un marido temeroso de Dios antes que un sacerdote impuro.” Correspondencia, carta 60, p.147.

Este pequeño fragmento nos ayuda a despejar una de las dudas que acompañó a Moro durante gran parte de su vida: su vocación como sacerdote. A diferencia del resto de sus profesores, mentores y amigos (como Erasmo) tuvo la distinción de convertirse en sacerdote, a pesar de su celebrada competencia como intelectual al servicio de la comunidad cristiana.

Como hemos comentado anteriormente, la correspondencia no sólo nos aporta datos sobre el propio Moro, sino también sobre su círculo y su familia. Así habla Erasmo sobre su primera mujer:

Nuestro encantador amigo Moro y su agradabilísima esposa, que nunca te menciona sin alabarte, y sus hijos y toda la familia está muy bien.”

Erasmo también es una de las fuentes principales de lo que conocemos sobre la conducta de Moro en la práctica del derecho. En sus cartas nos cuenta como Moro persuadía a sus clientes para resolver sus disputas fuera de la corte. Del mismo modo nos informa de la fama que tenía Moro de actuar con rapidez en los tribunales.

La amistad de Erasmo y de Tomás Moro está más que documentada, el mismo Erasmo escribió:

Te ruego que alivies esa enfermedad que he contraído de anhelar durante tanto tiempo tus cartas y tu trato personal. La verdad es que no espero una sola carta sino todo un montón de cartas.”

James McConica, uno de los principales biógrafos de Tomás Moro, apunta que Erasmo debió encontrar en él no sólo un joven compañero excepcionalmente simpático y capaz de orientar sus ambiciones literarias, sino que también un guía en cuanto a espiritualidad se refiere. Otros intereses comunes entre ambos personajes fueron sus preocupaciones por la Cristiandad, la guerra, la paz entre pueblos cristianos, y su entusiasmo por el humanismo.

Erasmo también aporta una de las descripciones físicas más ricas que existen sobre el personaje. 

En estatura y presencia corporal no ni alto ni tampoco notoriamente bajo; la verdad es que la armonía entera de sus proporciones hace que tenga buen parecido. Tiene piel clara; su cara tiende más al color que a la palidez. Su pelo es de negro marrón, o de un marrón negro, si prefieres; la barba bastante ligera; los ojos azul grisáceo denotan una inteligencia bien dotada.”

Una de las anécdotas más curiosas entre estos dos amigos tuvo lugar cuando Tomás tenía solo 21 años. En ese momento, presentó a un recién conocido suyo, Erasmo, a la familia real en el Palacio de Eltham. Moro ofreció unos versos al joven príncipe Enrique, Erasmo que fue cogido de improviso, estuvo tres días componiendo un poema en alabanza de Inglaterra, el rey y su familia.

Bibliografía: 

McConica, J. (2016). Tomás Moro (Breve biografía). España : Rialp.
Correspondencia de Tomás Moro y Erasmo de Róterdam. 

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